Aunque sabemos que la tentación de comprar el típico “zapato de marca en miniatura” para los bebés es inevitable, los expertos no aconsejan llevar este tipo de calzado rígido.
Durante el crecimiento, cada hueso del pie se va osificando a una edad diferente. Hay huesos como el calcáneo (hueso del talón) que tienen su núcleo de osificación en el nacimiento, sin embargo, otros como el astrágalo (hueso que une el pie con la tibia y peroné) no terminan de osificar hasta los 10-11 años en niñas y 12-13 años en niños.
La misión del calzado es proteger y abrigar el pie, pero no aprisionarlo ni aislarlo de los estímulos de movimiento, equilibrio, postura y contacto, que permiten un adecuado desarrollo muscular y óseo de tu bebé sobre todo en los primeros años de la marcha.

(Esta información la encontré en www.podoactiva.com, la encontré útil e interesante y quise compartirla con ustedes. 💖)